¿Cómo lo hacían nuestras abuelas?

Hoy quiero compartir una inercia que observo desde hace años en mí día a día trabajando con familias y que me entristece: cada día sufrimos más y disfrutamos menos la educación de nuestr@s hij@s. Vivimos en la “sociedad de la información y la comunicación”, tenemos a nuestro alcance todos los conocimientos del mundo, y el acceso a ellos nunca había sido tan fácil; pero a pesar de ello nos sentimos más inseguros y perdidos que nunca. ¿Cómo es posible?

En este punto siempre me gusta hacernos la misma pregunta: ¿Cómo lo hacían nuestras abuelas? Sigue leyendo

Navidad, juguetes y sentido común. ¿Es posible?

¿Es posible poner orden y controlar la situación para que no se desborde?

Aquí va un pequeño kit de supervivencia para estas fiestas.

Es posible, es nuestro deber, y es una gran oportunidad para seguir educando y transmitiendo valores a los más pequeños.

 

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En el momento de escoger los juguetes debemos pensar en cómo son nuestros hijos, sus gustos y preferencias, pero sobre todo en sus necesidades.

Me permito dos reflexiones. La primera sobre cuáles son las necesidades reales de los niños según su edad y circunstancias, y cuáles son necesidades innecesarias para ellos, pero que les creamos nosotros desde nuestro mundo adulto, condenándoles a cargar con ellas a partir de ese mismo instante.

La segunda sobre la conveniencia de satisfacer todos sus deseos y demandas sin ningún tipo de restricción. Podemos –caso de que podamos realmente- comprar todo lo que nos pidan; o podemos por ejemplo proponerle que escoja entre varias opciones. Porque “no siempre podemos tener todo lo que queremos “, “hay muchos niños en el mundo y hay que repartir, o cuando ya son más mayores “no podemos gastarnos tanto dinero y debemos escoger qué es lo que más nos gustaría tener”. De esta forma estaremos trabajando su independencia y responsabilidad en la toma de la decisión, su generosidad, la tolerancia a pequeñas frustraciones, y además seguro que el regalo escogido tendrá un valor mucho más especial.

13-12-2015 13-37-32Organización familiar: Cada casa y cada familia tiene sus rituales y tradiciones. Podemos respetar dichas tradiciones y al mismo tiempo poner un poco de orden. La consigna sería valorar la calidad sobre la cantidad, es decir: a menos juguetes más ilusión. Los adultos nos podemos poner de acuerdo sobre la cantidad o calidad de los regalos, hacer regalos conjuntos…. Ya que siempre será mejor menos y bien escogido que mucho e improvisado.

Valores de consumo responsable: Para los niños son unas fechas muy especiales y las viven con mucha ilusión. Las tradiciones culturales, reuniones familiares y personajes mágicos suelen venir acompañados de una lluvia de regalos y juguetes que inevitablemente inunda todas las casas habitadas por niños.

Es un buen momento para enseñar a cuestionar el valor que damos a las cosas, apreciar las ventajas de la calidad frente a la cantidad, y fomentar una visión crítica de la publicidad y del consumo en general.

El “buen juguete”, para serlo, ha de Sigue leyendo

Preparando la adaptación escolar.

Finaliza un curso escolar y muchos padres, entes incluso de comenzar el tiempo de disfrute de las vacaciones, ya comienzan a temblar pensando en el inicio del próximo curso: “¿se adaptara bien?”;”¿ lo pasará mal al principio?”;”¿ le gustará su nueva maestra?”;”¿ hará amigos?”……

Cierto es que nadie podemos dar una respuesta exacta a estos temores, ya que cada niño es un mundo y cada momento en su vida es diferente y lo afronta de forma diferente. Son muchas las variables que intervienen y condicionan el proceso: temperamento, experiencias previas, capacidad de adaptación a los cambios, flexibilidad… Son las que son, es la mochila con la que se presenta nuestro hijo ante el nuevo reto que supone una adaptación escolar y poco podemos hacer ya para modificarlas.

Pero en realidad hay mucho que podemos hacer, Sigue leyendo

Niños y etiquetas. Una oportunidad para la diferencia.

Hace unos meses leí un artículo médico que –aparentemente tirando piedras sobre su propio tejado- ponía en cuestión lo que llamaban la “extinción del niño sano”.

http://www.medicossinmarca.cl/medicos-sin-marca/la-extincion-del-nino-sano/

http://www.medicossinmarca.cl/medicos-sin-marca/la-extincion-del-nino-sano/

Viene a decir que cada vez es más difícil encontrar un niño con un historial médico inmaculado, sin ninguna etiqueta que patologice -y lo que es peor cronifique- procesos y respuestas más o menos frecuentes de nuestro organismo en desarrollo: pieles atópicas, hipersensibilidades, intolerancias alimentarias…

Pero no me preocupan tanto las etiquetas dermatológicas o digestivo funcionales cuya peor consecuencia es pasar el resto de la vida embadurnados en cremas o con una incómoda dieta. Las etiquetas realmente dañinas no hablan sobre lo que los niños “tienen”, sino sobre lo que “son”. Sigue leyendo