Cuentan que sí, está por ver estos días; pero si crees que tu vuelta al trabajo después de la navidad es dura, ni te imaginas la vuelta al cole de lxs peques.
A medida que se acerca el final de las vacaciones, y quizás como un modo inconsciente de irnos haciendo a la idea, empezamos a recitar cual mantras frases como “Lo que necesitáis son rutinas”, “Qué ganas tengo de volver a la normalidad” o “Qué bien nos va a venir la vuelta al cole”.
Y seguramente todas son ciertas, tampoco soy yo quién para juzgarlo. Pero sí me gustaría hacer una reflexión, una reflexión empática podríamos llamarle, sobre lo que supone realmente para las niñas y niños la vuelta al colegio después de las vacaciones de navidad.
Viene a ser algo así como acostarte una noche, tras 15 días siendo el Rey de la casa, colmado de atenciones y obsequios, chutadísimo de azúcar y adrenalina, y sin apenas normas que acatar; y despertarte al cabo de pocas horas, de buena mañana, que te vistan, te desayunen, te pongan una mochila, te arranquen de cuajo la corona y ¡ale!, al cole, que ya era hora.
Pobrecitxs, entran por la puerta de las aulas desolados: muertxs de sueño, con mono de azúcar, destronadxs y sin entender qué ha sido de sus lujosas vidas de las que tan sólo hace unas horas disfrutaban. Sigue leyendo